El comienzo de una gran amistad

29 enero 2014


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Hace unos días descubrí por casualidad por qué a los errores informáticos se les llama bugs. Resulta que en los años 40 la gran Grace Hopper se percató de que el origen del problema de su ordenador de Harvard era un pequeño bichito que en  él se había colado. Desde entonces todos los problemas en informática adquieren ese nombre.

Pues bien, rondándome por la cabeza la idea de escribir un blog, se me encendió de pronto la lucecita para darle nombre al mismo, jugando al doble sentido: por un lado, tengo un bichito de diecisiete meses, que es la niña de mis ojos y, por otro, Mamá tiene un bug pondrá de manifiesto todos los problemas que cómo madre primeriza me suelo encontrar.

De todo esto, seguro que podéis deducir mi profesión, pero ¡qué nadie se asuste! , éste no es un blog de informática, si no que más bien pretendo compartir todas las experiencias que la crianza de mi hija me supone.

Como todo aquel que escribe un blog, soy una gran lectora de blogs de maternidad. Muchos de ellos me han acompañado en momentos difíciles y han resultado para mí una inspiración, o más bien, una salvación de los escollos que he ido encontrando en la crianza: los problemas con la lactancia, mis dudas sobre el colecho, con la alimentación complementaria y miles de cosas más.

De este modo, mi pretensión es simple, quiero seguir aprendiendo de esta maravillosa comunidad virtual y, si vosotros queréis, este puede ser “el comienzo de una gran amistad”