Only for adults

27 junio 2014


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Disfrutando de sus vacaciones.
Fuente: Pixabay
Una de las cosas que me ha mantenido ocupada estos últimos días ha sido la organización de las vacaciones (infructuosa por cierto). Teníamos idea de pasar unos días en Mallorca disfrutando de las playas de arena blanca. 

Buscando por Internet habíamos visto un hotel fantástico con una pinta estupenda y que, aprovechando una oferta, nos salía bien de precio. Pues bien, cuando voy a reservarlo, leo con detenimiento la descripción del hotel y me encuentro con una frase que me deja perpleja: “Hotel sólo para adultos – Only for adults”. Pero, ¿¡cómo!? ¿Qué quiere decir esto?

Por supuesto, abandono la reserva con un mosqueo bastante considerable. Llamo por teléfono a la BuggyAbuela, pues ellos habían estado en este hotel hace un par de años y me habían dado buenas referencias del mismo. Me comenta que en el hotel había bebés (que no niños) y me dice que pregunte a ver si puedo llevar al bichito. Eso sí que no. Llamadme extremista, pero a mí me ha molestado un montón que se excluya a los niños. Lo pueden vestir como quieran, pero yo lo considero discriminación.

Mi niña no me duerme

24 junio 2014


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Durmiendo como un bebé
Fuente: Pixabay
Últimamente Un papá enprácticas está sirviendo de inspiración para mis posts, y es que creo que ambas familias compartimos una crianza similar y tenemos unos bichitos parecidos, sobre todo en el tema del sueño, que es el que quiero tratar hoy.

Así como la alimentación complementaria y el BLW siempre han ido sobre ruedas (o eso me parecía a mí), la hora de dormir es algo que me ha traído de cabeza en bastantes ocasiones y, lo reconozco, incluso me ha llevado a plantearme en ocasiones si lo estaba haciendo bien.

Vaya por delante, que nunca he llevado rutinas muy marcadas, sobre todo cuando me encontraba de excedencia. Es ahora, cuando ya llevamos bastantes meses yo en el trabajo y ella en la Mamá de Día, cuando parece que los horarios se han hecho más “fijos” y debo decir que con esto ha habido bastante mejoría. A pesar de ello, casi todos los fines de semana descuadramos los horarios para volver a ponerlos en marcha de nuevo el lunes.

En el asunto del sueño, cuando peor lo paso es en la calle o en casa de alguien, si el bichito está muerta de sueño y aun así no puede dormirse. En estos momentos, ella no para de llorar y yo me siento impotente, ni teta ni nada, que la niña no se duerme. La mayoría de veces hemos tenido que volvernos a casa y yo con ganas de llorar también, la verdad...

Preocupaciones domésticas

13 junio 2014


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Herida en la rodilla
Fuente: Freepik
Cuando los bebés comienzan a andar se abre un nuevo mundo ante ellos que a la mayoría les resulta fascinante. De repente, llegan a lugares a los que nunca habían tenido acceso y pueden agarrar cosas que antes no podían. A todo esto se une el rápido crecimiento que tienen durante este período: un día no llegan a coger algo y al siguiente sí

Por todo esto, es recomendable realizar una revisión de los peligros con los que el bebé puede encontrarse para tratar de evitar que puedan suponer algún percance (o una desgracia, en el peor de los casos). Tengo que reconocer que, aunque la seguridad infantil me parece un tema muy importante, es mi asignatura pendiente y, como suele decirse, “me ha pillado el toro”

Aquellos maravillosos años

10 junio 2014


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Estatua de Lactancia Materna
Fuente: Pixabay
El otro día, leyendo alguna de las entradas de las sección “Frases de manual” de Un papá en prácticas, me preguntaba por qué estas frases son tan habituales y, sobre todo, cuánto tiempo llevan en el imaginario colectivo. Somos nosotros, los padres actuales, los que pertenecemos a una generación criada de acuerdo a estas frases que, si bien en la actualidad siguen siendo comunes, hace 30 años eran indiscutibles.

Cuando éramos pequeños, la lactancia materna era la excepción y los niños dormían solos es sus cunas (menos yo, que mi madre no pudo sobrevivir sin meterme en su cama, eso sí, con algún que otro remordimiento). En esta época, el objetivo era que los niños fuesen lo más independientes posible de la figura materna y, por eso, no era recomendable, coger a los niños en brazos o dormirlos al pecho.

De tanto en tanto, cuando veo a mi abuela aprovecho en alguna de nuestras charlas para tratar de descubrir si ya en la época en que se criaron nuestros padres, existían estos mantras o si se trata de algo posterior. Me parece deducir de algunas de nuestras conversaciones, que ya en esta época (finales de los cincuenta y durante los sesenta) comenzaba a generalizarse una crianza bastante diferente a la que se había venido llevando hasta entonces. Me cuenta que ya le decía frases como “tu leche ya no le alimenta lo suficiente”, y empezaban a proliferar productos como el famoso “pelargón”.

Lactancia prolongada y autonomía

06 junio 2014


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Preciosa imagen de lactancia
Fuente: Fickr
Cuando pasas el año de lactancia y el bebé ya come casi de todo y en cantidad razonable, empiezas a notar un aspecto, que si bien ya intuías con anterioridad, en este momento se agudiza: para tu hijo el pecho es mucho más que alimento. Hay mucha gente que esto no lo concibe, y varias veces me han comentado, “¿Otra vez tiene hambre? Si acaba de comer” o  “Qué glotoncilla es esta niña, no para de comer”.

Es verdad que, durante los primeros meses, la lactancia supone la fuente principal de alimento, pero en el momento en que nos encontramos el bichito y yo, creo que el aspecto nutricional es lo de menos. De hecho, en muchas ocasiones me pide “teti” para luego dar un par de chupadas y distraerse con otra cosa.

El segundo hijo

03 junio 2014


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Hermanos
Fuente: Pixabay
Cuando tu bebé pasa de los 18 meses (incluso tras cumplir el año) aparecen una serie de preguntas de forma recurrente: “¿Para cuándo el segundo?”, “El bichito necesita un hermanito o hermanita para jugar”, “¿No te animas con el siguiente?”, y otras por el estilo.

Si se trata de decidir el mejor momento para tener un segundo hijo, hay tantas opiniones y teorías como colores. Generalmente, se dividen en dos grandes grupos: los que creen que cuanto más seguiditos mejor, y aquellos que prefieren ir por partes, esto es, un hijo y al tiempo otro. Tanto en un caso como en otro, existen ventajas e inconvenientes.